miércoles, 2 de julio de 2014

Riesgo y dinámica de sistemas

Si entendemos el riesgo como el efecto de la incertidumbre sobre los objetivos, deberíamos preguntarnos en primer lugar: ¿Qué objetivos? No sería extraño pensar que sobre aspectos idénticos se den objetivos distintos según qué organización o parte de la misma los defina. 

Fijémonos en el esquema siguiente. En él podemos observar la relación entre Gobierno, Administración, entorno, sociedad y empresa, de forma muy genérica pero a la vez muy gráfica. Lo ambiental, lo económico y lo social conforman un entorno complejo propio de un ejercicio de dinámica de sistemas.

  Es fácil darse cuenta de que Gobierno y Administración, como representación de los poderes legislativo y ejecutivo, persiguen la protección del entorno y cualquier otro aspecto de interés general. Pero no a cualquier precio. Dicha protección debe convivir con el crecimiento económico, que a su vez, garantizará poder mantener la mayoría de aspectos de interés general (sanidad, educación, infraestructuras…).

A su vez, las empresas, como principales agentes que influirán en el crecimiento económico, buscan la competitividad. Y ésta, no siempre se visualiza fácilmente en un ambiente de protección del entorno dado que los costes asociados a la prevención y control de las corrientes residuales no son fácilmente “internalizables” en una economía tan sumamente globalizada.

Además, el tipo de crecimiento que puede plantearse con el modelo económico actual puede enfrentar intereses de diferentes agentes de la sociedad. Un tipo de accionista que solo busque el beneficio en forma de dividendo para sus inversiones, penalizará en primera instancia a aquellas empresas que sacrifiquen beneficios a corto para ser sostenibles a largo. Y una masa crítica de accionistas de este tipo puede suponer una fuente de peligro para empresas que requieren de capitalización inmediata. Por otro lado, empresas que sacrifiquen sus beneficios a corto, garantizan una mayor aceptación de la sociedad, una mayor sintonía con el legislativo y ejecutivo y una mayor tasa de supervivencia y aportación de riqueza.

En resumen, analizar los efectos de la incertidumbre sobre los objetivos de una organización, supondrá en más de una ocasión considerar sistemas complejos, con retroalimentaciones y relaciones paradójicas.  

Por cierto, un sistema complejo no es necesariamente un sistema que no se pueda analizar, o que requiera de métodos de análisis y cálculo difíciles y enrevesados. Un sistema complejo no es más que un entorno en el que las relaciones entre sus componentes son representables y en el que podemos determinar o analizar el grado de dependencia o interdependencia que hay entre ellos. Así pues, considero interesante para un analista de riesgos conocer, al menos, las reglas elementales que rigen el análisis de los sistemas complejos.

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