viernes, 10 de octubre de 2014

Análisis de riesgos. Riesgos competitivos

En el post de hoy vamos a mencionar un tema muy concreto pero que nos permitirá empezar a vislumbrar que detrás del análisis de riesgos hay multitud de técnicas, métodos y herramientas que han sido diseñadas para dar respuesta a problemas de diferentes disciplinas pero que, con sus adecuados ajustes pueden ser perfectamente válidos para otras.



En mi caso, he trabajo en numerosas ocasiones el concepto y análisis de riesgos ambientales, pero el estudio del riesgo y sus aplicaciones en cualquier ámbito me han ocupado los dos últimos años. En este sentido, algo que me ha sorprendido, entre otras muchas cosas, es la nula referencia a conceptos y técnicas de los análisis de fiabilidad o supervivencia cuando tratamos riesgos ambientales.

En concreto, uno se sorprende de que no aparezca un concepto que podría ser de gran utilidad y que se conoce como “riesgos competitivos”.

Evidentemente, no entraré en describir los pormenores de las técnicas concretas de análisis, pero si creo interesante que se reflexione respecto a qué conocemos y no conocemos sobre el riesgo y su análisis y lo limitados que estamos por los “clichés” de nuestro campo de trabajo.

Los análisis de fiabilidad y supervivencia pretenden abordar la modelización de la variable “tiempo hasta que ocurre un evento”, siendo el evento en el ámbito de la salud, la muerte, y en el caso de la seguridad industrial el fallo.

Pues bien, dentro de este tipo de análisis, los modelos de riesgos competitivos son utilizados para analizar el comportamiento de un individuo o de un aparato/sistema, que puede fallar por diferentes causas, estudiándose para cada unidad concreta, tanto el tiempo hasta el fallo como el tipo de fallo.

En definitiva, estos modelos se caracterizan por estar definidos en base a las variables t y c, siendo “t” tiempo hasta la ocurrencia del fallo y “c” la causa del fallo.

Es importante destacar que se utiliza la palabra “fallo” de forma particular, pero que es perfectamente válido hablar de evento en general. Es decir, al final se trata de trabajar con una distribución conjunta que será diseñada de una u otra forma en función del tipo de resultados buscados.

En el caso particular de los riesgos ambientales, se aborda el problema des de la perspectiva de la “peligrosidad” del “elemento” que puede causar el daño y podría ser interesante abordar también el problema des de la perspectiva de la vulnerabilidad del agente receptor del daño, en el sentido de que por ejemplo, un “hábitat”, puede perder parte de sus elementos por diferentes causas y que en definitiva, esto no es más que la consideración de riesgos competitivos.


Quizás a nivel de análisis de eventos que puedan darse en una instalación concreta no tenga mucho interés, pero, a efectos aseguradores este tipo de análisis es mucho más riguroso y de bastante más interés que la suma de los análisis individuales.

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